Año 2004
It takes a great man to be a good listener, Calvin Coolidge (Presidente EE.UU., 1923-1929)
Escuchar es de las cosas que peor hacemos últimamente. Parece que todos nos hubiéramos saltado esa lección al unísono:
No hay muestra de desaliento
a la que atienda el gobierno;
No hay pareja que aguante
una discusión sin algún desplante;
Ni a los niños a veces atención prestamos,
con todo lo que los amamos…
Es escuchando como aprendemos, es compartiendo como nos enriquecemos, es con la convivencia diversa, generosa y plural como abrimos nuestro pequeño mundo. Aunque Cavafis nos diga en Itaca que no debemos apresurar el viaje, el ambicioso objetivo al que nos invita el poeta bien merece nuestra perseverancia:
A l'aurore, armés d'une ardente patience, nous entrerons aux splendides Villes.
Yo creo en esa profecía de Rimbaud, el vidente. Yo vengo de una oscura provincia, de un país separado de todos los otros por la tajante geografía. Fui el más abandonado de los poetas y mi poesía fue regional, dolorosa y lluviosa. Pero tuve siempre confianza en el hombre. No perdí jamás la esperanza. Por eso tal vez he llegado hasta aquí con mi poesía, y también con mi bandera.
En conclusión, debo decir a los hombres de buena voluntad, a los trabadores, a los poetas que el entero porvenir fue expresado en esa frase de Rimbaud: sólo con una ardiente paciencia conquistaremos la espléndida ciudad que dará luz, justicia, dignidad a todos los hombres.
Así la poesía no habrá cantado en vano.
Pablo Neruda al recibir el Premio Nobel de Literatura.
Dicen que dos no se pelean si uno no quiere (aunque la última guerra…), pero sabemos que dos no hablan si uno no quiere escuchar. Y desgraciadamente tenemos pruebas a diario. Entre todos debemos tender puentes, buscar complicidades, hablar de los puntos de encuentro y utilizarlos para acercar las diferencias. Y es que la ilusión compartida se contagia más que las cosquillas.
Que en el año 2004 muchas cosas te hagan reir. Que lo vivas con toda la intensidad. Que podamos compartir juntos el esfuerzo de construir esa ciudad de la que habla Neruda, de hacer un mejor futuro para nuestros hijos.
Un abrazo y Feliz Año!,
Oriol Rius.
New York, diciembre 2003
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