Año 2000

"Excelencias, Señores miembros y responsables de Europa.
Tenemos el honorable placer y la gran confianza de escribirles esta carta para hablarles del objetivo de nuestro viaje y del sufrimiento que padecemos los niños y los jóvenes de África.
Pero, ante todo, les presentamos nuestros saludos más deliciosos, adorables y respetuosos con la vida. Con este fin, sean ustedes nuestro apoyo y nuestra ayuda. Son ustedes para nosotros, en África, las personas a las que hay que pedir socorro. Les suplicamos, por el amor de su continente, por el sentimiento que tienen ustedes hacia nuestro pueblo y, sobre todo, por la afinidad y el amor que tienen ustedes por sus hijos a los que aman para toda la vida.
(…) Señores miembros y responsables de Europa, es a su solidaridad y a su bondad a las que gritamos por el socorro de África. Ayúdennos, sufrimos enormemente en África, tenemos problemas y carencias en el plano de los derechos del niño.
(…) Escrito por dos niños guineanos. Yaguine Koita y Fodé Tounkara".

Recuerdas los dos estudiantes de Guinea-Conakry?. Tenían 14 y 15 años. Murieron congelados en el tren de aterrizaje de un avión que les llevaba, clandestinos, a la rica y educada Europa con esta carta sujeta entre su mano y su corazón. Pero son mucho más los polizones que mueren en su vano intento por abandonar la pobreza, teniendo que esquivar intolerantes y Leyes que regulan o cuestionan Derechos Universales.

¿Y existe una solución?; ¿debemos esperar a la revolución?

La no-violencia es la respuesta a las cruciales cuestiones
políticas y morales de nuestro tiempo.
Los negros de Estados Unidos, siguiendo al pueblo de India,
han demostrado que la no-violencia no es una pasividad esteril,
sino una poderosa fuerza moral capaz para la transformación social.
Tarde o temprano el mundo deberá descubrir una forma de vivir en Paz.
Creo que todavía tenemos motivo para esperar un mañana más alegre.
Martin Luther King Jr.

Me pregunto si no estamos muy lejos… ¿somos capaces de hacer algo?

“Me pregunto por qué hago esto”, dice Charlie Brown después de permitir que el equipo contrario se adelantara 200 a 0, “me pregunto por qué estoy aquí día tras día perdiendo todos estos partidos de beisbol. Por qué?”
“Seguramente porque te hace feliz”, responde la sabionda Lucy Van Pelt.

Quizá se trata de eso, de darse cuenta que muchas cosas de las que hacemos nos hacen felices. Y que sabemos exportarlas. Sólo nos falta convicción y decisión. ¡Animo!
Parece que el nuevo año nos trae una nueva vida; quizá es el momento de renovar nuestro compromiso personal, de disciplinar la necesidad para poder ser libre, como decía Sampedro, de hacer todas aquellas cosas de las que el día a día nos aleja. Sabes que en ese viaje cuentas conmigo, y que tienes autoridad para arrastrarme si algún día me despisto.

Que pases unas Felices Fiestas y que el 2,000 sea también tu gran año. Oriol Rius.



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