Felicitacions Anyals i altres escrits

“¿Qué más podemos pedirle a una mañana de domingo que una carrera por el parque con un amigo?” Carlos Gil Passolas (Calatayud 1947–Pamplona–New York–Benalmádena 2012) Volver a disfrutar de las pequeñas cosas hermosas, como nos decía a menudo Carlos. Tener los pies en el suelo, sin arrastrarlos nunca; subir montañas y tumbarse en la hierba fresca a comerse un bocadillo; pasar la tarde con un buen libro o perdiendo al dominó con los amigos... Con demasiada frecuencia pensamos en la felicidad como puerto de llegada, como un premio al final del camino; ¿y si nos equivocamos? Tener la felicidad como compañera de nuestro viaje vital es quizá una mejor estrategia. También parece creerlo así el poeta: No dejes que termine el día sin haber crecido un poco, sin haber sido feliz, sin haber aumentado tus sueños. No te dejes vencer por el desaliento. No permitas que nadie te quite el derecho a expresarte, que es casi un deber. No abandones las ansias de hacer de tu vida algo extra

“¿Qué más podemos pedirle a una mañana de domingo que una carrera por el parque con un amigo?” Carlos Gil Passolas (Calatayud 1947–Pamplona–New York–Benalmádena 2012) Tornar a gaudir de les petites grans coses, com ens deia el Carlos sovint. Tocar de peus a terra, sense mai arrossegar-los; pujar muntanyes i estirar-se a l’herba fresca a menjar-se un entrepà; passar la tarda amb un bon llibre o perdent al dòmino amb els amics... Massa vegades pensem en la felicitat com a port d’arribada, com un premi al final del camí; i si ens equivoquem? Fer-nos acompanyar de la felicitat en el viatge vital és potser una millor estratègia. També sembla creure-ho així el poeta: No deixis que acabi el dia sense haver crescut una mica, sense haver estat feliç,  sense haver augmentat els teus somnis. No et deixis vèncer pel desànim. No permetis que ningú et robi el dret a expressar-te, que és gairebé un deure. No abandonis l’anhel de fer de la teva vida alguna cosa extraordinària. No

Cathy, Los primeros años después de conocerte, recuerdo que a menudo me preguntaba si eras en parte un poco víctima de vivir junto a un hombre con infinitas ganas de disfrutar la vida. Pensaba en si esa dedicación que Carlos tenía a sus amigos te molestaba, y si esa capacidad para organizar siempre algo para que todos pasáramos un buen rato te suponía más carga de trabajo que ilusión. Con el tiempo aprendí que no eras el contrapeso que equilibraba una pareja ordinaria, si no la otra mitad de una propuesta conjunta admirable. No representabas el yin corrector de un yang revoltoso, si no el apoyo permanente a la infinita capacidad de nuevas iniciativas. En todo caso, el inevitable punto de ‘seny’ o sentido común de las mujeres ante la ‘rauxa’ puntualmente inconsciente o infantil. Gracias por ello. En los últimos diez años han pasado cosas maravillosas en mi vida. He visto crecer a mis hijos y he disfrutado con María de una ciudad que nos ha ofrecido la posibilidad de conocer ge

La inspiració existeix, però ha de trobar-te treballant . Pablo Ruiz Picasso Correm el risc de baixar els bra ços arrossegats p el pessimisme generalitzat que ens domina darrerament. L'abús d'informació que processem per cada cop més vies conforma la nostra veritat, a la que ens avenim per falta de temps d’analitzar-la o per no gosar anar contracorrent. Hauríem de fugir de veus apagades, i donar un pas més per tractar d’aixecar el demà: No és el crític qui compta, ni qui assenyala com ensopega l'home fort o on podria haver-ho fet millor qui intenta crear quelcom. El crèdit pertany a l'home que baixa a l’arena, que té el rostre desfigurat per la pols i la suor i la sang, que lluita amb valentia, que s'equivoca, i que es queda curt una i altra vegada; perquè no hi ha esforç sense error i deficiències. Però qui realment s'esforça per deixar un llegat, qui coneix l’entusiasme, la gran devoció, qui es dedica a una causa digna, és qui, en el millor dels casos,

La inspiración existe, pero tiene que encontrarte trabajando . Pablo Ruiz Picasso Corremos el riesgo de bajar los bra zos arrastrados por el pesimismo generalizado que nos domina últimamente. El abuso de información que procesamos cada vez por mayores vías conforma nuestra verdad, que aceptamos por falta de tiempo para analizarla o por no querer ir contracorriente. Deberíamos huir de voces derrotistas y dar un paso más para levantar el mañana: No es el crítico quien cuenta, ni quien señala cómo tropieza el hombre fuerte o qué podría haber hecho mejor quien actúa. El mérito pertenece al hombre que está realmente en la arena, cuyo rostro está desfigurado por el polvo y el sudor y la sangre, que lucha valientemente; quien se equivoca, y se queda corto una y otra vez, porque no hay esfuerzo sin error y deficiencias. Pero quién realmente se esfuerza por dejar un legado, quien conoce el entusiasmo, la gran devoción, quien se dedica a una causa digna, es quien a lo mejor conoce al f